
Tepic, Nayarit.- Hermilo Márquez Pintado fue un artista plástico, activista y defensor incansable de los derechos de la comunidad LGBT+ en Nayarit. Su identidad se manifestaba en su alter ego, Rosa Perla, siendo un referente en la lucha por los Derechos Humanos en materia lésbico-gay.
Nacido y criado en una modesta casa de chiname en Nayarit, Hermilo cursó la secundaria en la Birocha, hoy conocida como Guadalupe Victoria, y posteriormente estudió la Licenciatura en Economía en la Universidad Autónoma de Nayarit. Su vida dio un giro en 1977 cuando se trasladó a Cancún para trabajar en el hotel Presidente, dando inicio a una carrera artística vinculada a los espectáculos de vedettes como Princesa Yamal y Rossy Mendoza.
En los años 80, Hermilo incursionó en el mundo del entretenimiento como bailarín, maquillador y vestuarista de importantes artistas. Su camino lo llevó a diferentes ciudades, pero al contraer VIH, decidió regresar a Tepic para vivir con su hermana Gila Márquez Pintado. Enfrentó la enfermedad con el apoyo de su familia, quienes se unieron para costear sus tratamientos médicos en Hermosillo, Sonora.
Ya recuperado, encontró estabilidad económica en la venta de productos Jafra y se dedicó a ayudar a su comunidad, consiguiendo becas para niños, organizando shows para mujeres privadas de la libertad y apoyando a niños con síndrome de Down. También ingresó a la Escuela Estatal de Bellas Artes, donde no solo perfeccionó su talento, sino que también se convirtió en maestro, dejando huella en varias generaciones.
Como activista, se enfocó en la prevención del VIH y en la organización de eventos para visibilizar a la comunidad LGBT+. Fue pionero en las marchas del orgullo en Nayarit y trabajó junto a activistas como Mara Rojo y Jaime Cobián en la promoción del matrimonio igualitario.
El 20 de febrero de 2016, Hermilo Márquez Pintado falleció a los 63 años debido a complicaciones por una neumonía. Sin embargo, su legado sigue vivo en la memoria de los nayaritas y de todos aquellos que fueron testigos de su entrega y pasión por el arte y los derechos humanos.
Con información: Grecia Arias