En la región de Ixtlán del río, en el estado de Nayarit, se encuentra un pueblo abandonado que ha sido testigo de muchos eventos históricos. Hablamos de la antigua mina de «La Pupa», cuyo nombre original era la Hacienda Amaxac. Se dice que el pueblo se convirtió en un lugar fantasma después de que la mina se cerrara y la mayoría de los habitantes se mudaran a otros lugares.
Lo interesante de La Pupa es que está dividido entre dos estados diferentes: Jalisco y Nayarit. La división corta la hacienda en dos partes, una en cada estado. Aunque se desconoce en qué momento se cambió el nombre de la hacienda de Amaxac a La Pupa, lo cierto es que este lugar ha sido testigo de muchos sucesos históricos importantes.
La antigua mina de La Pupa cuenta con una iglesia, un torreón de vigilancia, chacuacos y grandes almacenes donde se realizaba la separación de los metales. Sus instalaciones son enormes y cuentan con un arroyo llamado de Jacobino que viene desde Plan de Barrancas y cruza con el Arrollo de los Sauces. En las Juntas se le denomina Arrollo de San Antonio y éste viene a desembocar en el Rio Santiago.
La construcción de la iglesia es muy bonita, tiene un campanario tipo espadaña para tres campanas, en el patio una torre de alcatraz, tipo de cono invertido, tipo gótico, con una escalera de caracol. Ahí se puede apreciar una inscripción: 28 de Febrero de 1883, que indica la fecha en que se termino de construir.
Además de la iglesia, La Pupa cuenta con calles empedradas, casas sólidamente construidas y una plaza. También hay una gran Tienda de Raya, en donde obtenían los mineros sus provisiones. Se cree que el gran salón principal era un salón de juegos o tal vez de cantina; y se puede apreciar un jardín, una amplia área verde y el lienzo charro en donde disfrutaban los jaripeos. Todo esto estaba al servicio de la comunidad.
Pero no podría faltar el panteón, un lugar especial que guarda la historia de aquellos que vivieron y murieron en ese lugar. El panteón cuenta con lápidas con los nombres y fechas de quienes vivieron allí. Todo esto tiene un gran atractivo, pues es un hermoso lugar, en donde la Secretaría de Turismo se interesa en rescatar para convertirlo en un lugar de recreo.
En el arrollo Jacobino hay una represa. Se pretende invertir en la zona, construir unas cabañas y hacer un balneario; pero sobre todo dar a conocer la importancia de esta zona minera. Con la ayuda de la Secretaría de Turismo, se espera que La Pupa pueda recuperarse y convertirse en un lugar turístico de interés.
Así que si alguna vez estás en Nayarit, no dudes en visitar La Pupa, un lugar con una historia extraordinaria y lleno de magia.
Información: Pablo Torres Sánchez (cronista)