Lo que alguna vez fue presentado como un ambicioso complejo cultural, hoy ha sido reducido a escombros. En su lugar, se proyecta un nuevo estadio de f
Lo que alguna vez fue presentado como un ambicioso complejo cultural, hoy ha sido reducido a escombros. En su lugar, se proyecta un nuevo estadio de fútbol bajo la administración del gobernador Miguel Ángel Navarro.
Más de una década después de su inauguración, la llamada Ciudad de las Artes —proyecto cultural emblemático del exgobernador Ney González— ha sido oficialmente demolida. El predio de 42 mil metros cuadrados, donde antes se ubicaban los estadios de béisbol y fútbol de Tepic, albergará ahora el Estadio de Futbol NAO, anunciado por la actual administración estatal.
La Ciudad de las Artes fue inaugurada el 30 de agosto de 2011 con bombo y platillo. Avalada por el entonces Conaculta, la obra prometía convertirse en un referente cultural regional, con salas de lectura, talleres artísticos, una extensión de la Cineteca Nacional, un lago artificial y esculturas monumentales de artistas nacionales e internacionales.
En su momento, el gobernador Ney González aseguró que el proyecto contaba con un donativo de un millón de dólares por parte de Grupo Vidanta, además del diseño ejecutivo respaldado por dicha empresa, conocida por su participación en desarrollos turísticos de alto nivel. “Nos estamos trayendo un pedacito de la Riviera Nayarit a la capital del estado”, dijo entonces el mandatario.
Sin embargo, el paso del tiempo no fue favorable. Durante el sexenio de su sucesor, Roberto Sandoval, el proyecto fue modificado y perdió prioridad institucional. La falta de mantenimiento y transparencia en los recursos provocaron su deterioro. Obras inconclusas, abandono evidente y hasta tragedias —como la muerte de un menor ahogado en el lago artificial en 2017— marcaron el declive del complejo.
Finalmente, el gobierno actual encabezado por Miguel Ángel Navarro optó por demoler la estructura y dar paso a un nuevo plan: la construcción del Estadio de Futbol NAO, que pretende convertirse en un nuevo ícono deportivo para Nayarit.
La decisión ha generado reacciones encontradas: algunos ciudadanos ven con buenos ojos la inversión en infraestructura deportiva, mientras que otros lamentan la pérdida de un espacio que, pese a sus fallas, representaba una apuesta por la cultura en la capital del estado.
El caso reabre el debate sobre el destino de los espacios públicos en Tepic: ¿rescate o ruptura con el pasado?
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