Pablo, el rescatista que sigue salvando vidas incluso después de la muerte

Pablo Antonio, motociclista de 23 años y voluntario de la Comisión Nacional de Emergencias, fue declarado con muerte cerebral el sábado 24 de mayo, luego de varios días hospitalizado en estado crítico tras ser embestido por una patrulla de la Policía Estatal en la carretera Tepic–Miramar.

Aunque su vida se apagó, su vocación de servicio permanece viva. Su familia tomó la decisión de donar sus órganos, permitiendo que Pablo continúe ayudando a otros, tal como siempre lo hizo.

“Mi hermano fue declarado con muerte cerebral el sábado. Decidimos donar sus órganos porque siempre fue alguien generoso y comprometido con ayudar a los demás. Ser parte de la Comisión Nacional de Emergencias era su forma de servir. Ahora, su último acto en esta vida es dar vida a otros”, compartió su hermana.

Ante la circulación de información incorrecta, la familia quiso aclarar lo sucedido y destacar el legado de Pablo, quien hoy es recordado como un verdadero héroe. No vestía uniforme militar ni portaba insignias, pero con su vocación de servicio y su generosidad, tocó muchas vidas.

Pablo no solo vivió para ayudar. También se despidió dejando un acto de amor inmenso. Su nombre quedará como símbolo de entrega y solidaridad.